Al vestirme sólo pensaba en desvestirme.
Tus palabras se colaban entre la ropa.
La noche se hizo larga
sintiendo tu piel rozándose a la mía.
Al desnudar mis piernas me doy cuenta
que sigo impregnada de recuerdos.
Solicito, ruego, ansío que sepas prestarme tu boca
para que puedas deleitarte
con el sabor que deja en mí el deseo de tenerte.
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