viernes

prisión preventiva

Puedo camelarte, encenderte, devorarte. 
Puedo seducirte por partes, por zonas, 
en tiempos discontinuos o continuados... 
Pero más puedo desearte, sentirte, 
estremecerme con tan sólo una caricia.
Mantengo prisioneras a mi manos 
para que no huyan descontroladas a buscarte. 
Castigo a mis ojos con penitencias 
cada vez que se revelan deleitándose 
al deslizarse por tu nuca. 
Cautivas están mis piernas 
que inquietas sufren la espera 
de volver a temblar sobre tu espalda. 
Mordiéndome los labios para que esta boca impaciente 
no intente recorrerte en cada espera de silencio 
que nos impone la distancia.
Pero no logro, no puedo, no consigo atrapar a mi cabeza. 
Insiste, pelea, vence y se vuelve indomable 
imaginando como se liberan 
todas las partes de mi cuerpo acorralándote
para llegar al momento exacto de estremecerme 
como cuando me sorprendes tocando 
un segundo un milímetro de piel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario