martes

tan panchos

Incontinencia de palabras estrellada de sonrisas, dejando que los abrazos y caricias se aventuren impacientes. Besos imprevistos que se atraviesan en el camino y nos despojan de las frases reiteradas.
Intentando abrir las compuertas que recelan la vulnerabilidad de mi alma sorprendida; divirtiéndonos, investigándonos, amaneciéndonos, liberándonos de todo... incluso de mí.
Las calles nos miran extrañadas cuando les dejamos entrever las ganas de mimarnos. El sol no nos acorrala y nuestras manos se siguen buscando.
Desayunándonos las bocas en el momento exacto en que dejo caer mis temores a esta mesa inesperada. Entendiéndolo de a poco, insistes en regalarme la ternura que derribe por momentos la discreción de mi inconsciencia acobardada.
El tiempo se escurre entre risas que codician los segundos que me retienes a tu lado. Nos apura un adiós que no pretendo y me alejo suspirando el momento de retomarte sin escudos; desescondiendo las ganas de recorrerte con mis silencios, con mis palabras reservadas