martes

preludio


Esa escarchada mancha en el techo 
y esas paredes humeantes del traspaso con tiempo.
Esos vidrios rasgados que dejaban entrever, 
a escondidas, la candela de la mañana.
Ese viento sigiloso que entre susurros 
se metía en nuestra cama.
Esas colchas viejas con colores desaliñados 
que de tan viejas ya no abrigan; 
y las almohadas, esas almohadas que sólo hacen compañía.
Desde aquel colchón hundido, lleno de palabras por tanto uso y abuso,
sostengo tu guitarra que llora una canción antigua, 
que llora despacio, 
que llora el silencio que caminó sonámbulo por toda la habitación.

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